Hola

Empecé este diario cuando me movía entre asociaciones de vendedores de prensa, quiosqueros -yo era uno de ellos- y asociaciones que trataban de unificar ese sector tan atomizado y echado a perder. Cuando la crisis y otras circunstancias municipales me obligaron a cerrar mi negocio, decidí mantener el blog para ir dejando aquí mis impresiones, no solo acerca de aquello, sino del mundo que me rodea.

Siempre hay cosas que decir, siempre hay algo por lo que luchar...

La ironía del señor Lara

Comenta mi amigo Quiosquero -la dirección de su blog Pies para Quiosquero la tienen a la izquierda de estas letras- los comentarios del señor Lara, presidente del grupo Planeta, sobre la búsqueda que anda haciendo su editorial de nuevos caminos para llegar al cliente, habida cuenta de la crisis en que están sumidos los quioscos y la bajada de ventas de fascículos y coleccionables.

Don José Manuel apuesta por innovar; e innovar, para él no es potenciar la red de ventas existente, ni estudiar los motivos que han llevado a un veinte por ciento de quioscos al cierre. Innovar es buscar alternativas como internet u otros medios para llegar al cliente de forma directa y sin intermediarios. Porque no nos engañemos, a las editoriales jamás le han interesado los quioscos más que para mostrar sus productos y captar al cliente, que luego se suscribe y les deja a ellos todo el beneficio.

Resulta irónico que sea precisamente una editorial la que se queje del destartalamiento de la red de ventas, cuando son ellos los que, en gran parte, la han provocado con su desastrosa política de inundar el quiosco de números uno para luego dejar las colecciones sin terminar y al cliente insatisfecho, u ofreciendo unas condiciones económicas mucho mejores para el suscriptor, que además de mejor precio que en el quiosco se le ofrecen regalos o números extra.

La solución debería pasar por un potenciamiento de la red de ventas y un análisis serio de la situación. El punto de venta se ahoga entre portes y gastos cada vez mayores, márgenes cada vez menores y por lo tanto un beneficio que mengua y que inexorablemente le lleva al cierre. Mientras tanto las distribuidoras, que son otro intermediario que al parecer también el señor Lara se quiere saltar -a menos intermediarios más beneficios, siempre que consigan llegar al cliente-, hace y deshace a su antojo, cambia o anula los ejemplares en servicio, reparte cuando le da la gana, se eterniza con los pedidos atrasados y juega al gato y al ratón con unos y con otros. Al final el cliente se cabrea porque no hay Dios que termine una colección y el pato acabamos pagándolo los vendedores.

Reflexiones al calor del verano


Subió su precio El País y a partir del día uno de julio le sigue La Voz, que equipara sus precios de semana con el diario de PRISA, poniéndose ambos a un euro diez. Los demás aguantan, el que más el Faro de Vigo, que incluso los domingos mantiene aquellos uno ochenta de hace años, como si la luz, el alquiler o los impuestos no hubieran subido para los vendedores de prensa y pudieran vivir con los mismos márgenes que antaño. ¿Tienen miedo de que un precio más alto suponga una merma en las ventas?

Por fin ha venido el verano y con él la peor época para nosotros; exceptuando las zonas de playas o turísticas, el resto pasamos unas tardes de un relajo que da miedo; con el calor unos no salen de casa, otros escapan al pueblo o a la playa y el resto parece haberse evaporado. No hay coleccionables, las promociones dominicales caen en picado, los niños ya no tiene colegio, las chuches se derriten... A veces creo que sería más rentable cerrar a mediodía y no abrir por la tarde. Al menos ahorraríamos luz.

Mientras, las distribuidoras a falta de mejor material nos inundan con pasatiempos y otras porquerías que no se venden pero que engrosan las facturas; el porno ya no cabe en la estantería, los libritos de autoayuda -algunos son tan viejos que todavía traen el precio en pesetas- van de vuelta el mismo día en que los recibo. Y las "segundas ediciones", que es un eufemismo para enviar ejemplares atrasadísimos, ocupan buena parte de los albaranes. Total, el mismo trabajo para ganar la mitad.

Yo lo que quiero es irme de vacaciones. ¿Algún voluntario para sustituirme?

A vueltas con los cupones

Tanto afán ponen algunos en tocarnos las narices a los vendedores de prensa, que incluso tiran piedras sobre su propio tejado. Ayer domingo, nuestros amigos de La Voz de Galicia ponían a la venta la promoción de pulseras a un euro más el inevitable cupón, que yo creo que sueñan con ellos y con ponernos más cada vez y en los peores sitios. Vendidas todos los periódicos me quedaban un par de pulseras, que vendí a un euro porque ni me parece justo cobrarle al cliente el periódico si no lo tengo, ni me lo van a pagar porque no son tontos.

Pues, inexplicablemente, no se puede. Si hemos vendido todos los ejemplares, la promoción no se puede vender porque sin cupón, La Voz nos va a cobrar 2,90 euros por cada pulsera. En mi pueblo a eso se le llama pensar con el culo; en los despachos de los ideólogos publicitarios de La Voz no sé qué nombre tendrá. ¿Estulticia, tal vez?

La huelga del transporte.

En otro orden de cosas, la huelga de los transportistas sigue haciendo mella en nuestra economía. Muchas publicaciones no están llegando a tiempo y eso, sobre todo en las semanales, hace que perdamos ventas porque un número corre peligro de solaparse con el siguente y los clientes prefieren esperar. Con la prensa, al menos por esta zona, no está habiendo demasiados problemas. Menos mal.

La huelga del transporte

Algunas publicaciones como Pronto han adelantado su salida -con una nota, a la que nadie va a hacer caso, que nos indica que no se pueden poner a la venta hasta el lunes- temerosas de que la huelga de trasportistas que comienza el lunes afecte a su distribución. Tal y como están las cosas no parece que la huelga vaya a ser cosa de dos días y la distribución de prensa y revistas puede verse afectada y en consecuencia, los puntos de venta también.

Hasta dónde nos va a afectar todavía no lo sabemos. La distribución local, si los repartidores no se suman a la huelga -si se suman está todo perdido-, puede que no se resienta debido al horario nocturno en que se realiza. Pero, ¿Y la distribución nacional? ¿Veremos nuestras estanterías vacías, tendremos que dar mil explicaciones a los clientes?

Junio va a ser un mes difícil. Armémonos de paciencia.