Hola

Empecé este diario cuando me movía entre asociaciones de vendedores de prensa, quiosqueros -yo era uno de ellos- y asociaciones que trataban de unificar ese sector tan atomizado y echado a perder. Cuando la crisis y otras circunstancias municipales me obligaron a cerrar mi negocio, decidí mantener el blog para ir dejando aquí mis impresiones, no solo acerca de aquello, sino del mundo que me rodea.

Siempre hay cosas que decir, siempre hay algo por lo que luchar...

Lo prometido es deuda

Dicen que menos mal que a Rajoy ya le quedan pocas promesas que incumplir; a seis meses de posar su trasero en la poltrona nacional ya se ha enemistado con la mitad de sus votantes, con las víctimas del terrorismo, con los trabajadores, con los sindicatos, con los bancos y  con media Europa. Pero él sigue ahí, impertérrito, a lo suyo, que no sabemos muy bien qué es. O sí lo sabemos. El caso es que a pesar de las radicales medidas adoptadas, el país va de mal en peor y ni los mercados reaccionan ni la economía parece que vaya a dejar de caer en picado; de subir ya no digo nada, que me da la risa. 

Todo esto era sabido porque aquí, como ya se ha dicho, no gobiernan los gobiernos sino los mercados, y los mercados no cesan en su acoso y derribo a Europa, una vez que han descubierto que todo el monte es orgasmo -¡perdón, perdón, orégano!- y pueden hacerlo con total impunidad, ya que nadie, ni Rajoy ni la Merkel ni la medio desaparecida Unión Europea, son capaces de plantarles cara. 

Con las cosas así, cualquier medida que se pretenda tomar será inútil. Sin embargo los gobiernos están aprovechando la situación para otra cosa: El desmantelamiento del sistema público cara a la futura privatización de todo-lo-habido-y-por-haber. Con la excusa de la crisis se pone en funcionamiento una reforma laboral que no va a solucionarla pero que pone a los trabajadores a los pies de los caballos. Como cualquiera con dos dedos de frente puede ver, la reforma favorece únicamente a la patronal, tanto que parece haber sido redactada por ella, desposeyendo a los trabajadores de cualquier derecho, de la protección -penosa, es cierto, pero protección al fin y al cabo- de los sindicatos, y convirtiendo el mercado laboral en un campo de batalla en el que el trabajador tendrá que elegir entre unas condiciones de trabajo similares a las que tenía en el siglo XIX o morirse de hambre. Y al mismo tiempo, por si acaso alguien se cabrea demasiado, se reforma también el Código Penal y volviendo a aquello de que tres en la calle hablando alto son manifestación subversiva. 

Ese tipo de política laboral y represiva no debería de extrañarnos en un partido de derechas como es el PP ya que forma parte de su ideología; lo mismo podríamos decir de las subidas de impuestos. ¿Alguien pensaba que Rajoy iba a obrar de otra manera? Pues sí, los cientos de trabajadores que le han regalado sus incoherentes votos de obrero de derechas. Y es que algunos parece que hayan nacido ayer. 

Lo que sí ha sorprendido a sus votantes de toda la vida ha sido la violación de una de sus promesas más sagradas, la de que jamás negociaría con ETA. La primera sorprendida ha sido la AVT, que se ha sentido traicionada después de que el PP la haya estado utilizando durante décadas en su favor. A la hora de la verdad y una vez conseguida la mayoría absoluta y el poder total en el Congreso, Rajoy les da la espalda a la primera de cambio. ¿Por qué este súbito cambio de actitud? Porque no es súbito ni es cambio, el cese de las armas de ETA jamás hubiera sucedido de no haber negociado un calendario de acciones en el que estuvieran involucrados izquierda y derecha, PP y PSOE. ¿Alguien piensa que ETA iba a dejar las armas negociando solamente con un Zapatero a tres meses de perder las elecciones? 

Rajoy y su partido seguirán incumpliendo promesas hasta desmantelar el mercado de trabajo, la sanidad y todos los servicios sociales con el fin de posteriormente privatizarlos y convertirlos en negocio; un negocio multimillonario que necesitará directores, gerentes y consejos de administración. 

Mientras, el país seguirá cayendo en picado. Porque lo prometido es deuda. Solo deuda. 

No hay comentarios: